Manto protector de oración

Sería maravilloso que nuestras oraciones se extendieran como un manto protector sobre todas las criaturas de Dios, para que,  protegidas de las tentaciones de Satanás y de las distracciones mundanas, se abran al amor y a la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

Cada una de las oraciones dirigidas por las intenciones de Jesús- no importando la hora en que se pronuncien- sería como uno de los numerosos pliegues que constituyen, uno al lado de otro, de un modo continuo, un extenso manto protector a lo largo del día.  Por eso no es necesario mantener una hora determinada para la oración; de este modo sería posible la afiliación en cualquier condición de vida, aún en situaciones muy tensas. Especialmente eficaz es la oración nocturna, así como también temprano en la mañana, pues ella es una bendita “ fuente de energía” para todo el día.

 

Este manto de oración cubre no sólo a los carentes de fe y a los que se encuentran en las garras de Satanás, sino también a todos los miembros de este grupo de oración y sus familias, así como aquellos que valerosa y abnegadamente propagan la  el mensaje de salvación de Jesús.

 

Nuestro escudo es nuestra Fe
nuestra arma es la oración
nuestro Rey es el Señor.
 
San Miguel es nuestro guía
los Santos son nuestra ayuda
Y nuestra Madre es María